miércoles, 22 de enero de 2014

JORNADA DE TRAUMATOLOGÍA Y NEUROLOGÍA


Estimado compañero,
Tengo el placer de informarte de la celebración de la Jornada de trabajo interactiva sobre Traumatología y Neurología que tendrá lugar el próximo sábado 15 de Febrero en Sevilla
La jornada consistirá en una sesión de casos clínicos con un sistema de mandos interactivos, que comenzará con un almuerzo ligero de 14:30 a 15:30h y finalizará a las 20:00h. Se repartirán premios entre los que respondan correctamente a las preguntas que se plantearán sobre los casos clínicos expuestos.
Los ponentes de la jornada son
· Dr Juan Pablo Zaera, Profesor de Cirugía en la facultad de veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Profesor del Master de Traumatologia de la UCM y responsable del servicio de Traumatología, Artroscopia Cirugía del raquis y TAC del Hospital Veterinario Sierra de Madrid Miembro del Comité Científico del GEVO y del AO-Vet.

·Cristóbal Frías, director y propietario del Hospital Veterinario Lepanto (Sevilla) y Presidente del GEVO (Grupo de Especialistas Veterinarios en Traumatología y Ortopedia) miembro de la ESVOT (European Society of Veterinary Orthopaedics and Traumatology). Profesor del Master de Traumatologia de la UCM y Profesor del Master de Endoscopia y cirugia de Mínima invasión de la UEX y el CCMI). Responsable del área de ortomedia y neurologia de DIFORVET (Servicio Formación y de Diagnóstico Veterinario mediante TAC)
La inscripción tiene un coste de 15€ si se efectua antes del 11 de Febrero y de 30 euros si se hace después de esa feccha, que se abonarán mediante transferencia bancaria a la cuenta de Miproma SL, nº: 2100 5856 85 0200074833 detallando quién efectúa el ingreso y el concepto Jornada de Trauma y Neurología.
Por favor, te ruego confirmes la asistencia a:
Javier Carrasco. Gerente de zona de Zoetis. Móvil: 647376021  franciscojavier.carrasco@zoetis.com
Manuel Garfia. Delegado de MIPROMA: Móvil: 669112898.mgarfia@miproma.es


martes, 21 de enero de 2014

ROTURA DE LIGAMENTO CRUZADO SOLUCIONADA MEDIANTE TPLO

Os dejamos el último artículo que nos han publicado en la revista Canis et Felis en su número 125-Diciembre de 2013.

ROTURA DE LIGAMNETO CRUZADO MEDIANTE OSTEOTOMÍA NIVELADORA DE LA MESETA TIBIAL (TPLO)

Cristóbal Frías Rides
Hospital Veterinario Lepanto
Mairena del Aljarafe (Sevilla)
 www.traumatologiaveterinarialepanto.com

INTRODUCCIÓN. El Ligamento Cruzado Craneal (o Anterior) es un elemento estabilizador de la rodilla que influye tanto en la rotación interna como en la externa de la misma. Debido a esta función una hiperextensión o rotación excesivas pueden conducir al fallo del ligamento. Se divide en bandas craneomedial y caudolateral, las cuales tienen diferentes puntos de inserción sobre la meseta tibial. La primera es el freno primario contra el movimiento de cajón cráneo caudal.
A: ligamento cruzado craneal B: ligamento cruzado caudal

PATOGÉNESIS. La causa primaria de su rotura se relaciona con cambios debidos a la edad, desuso, tamaño del perro, peso y ejercicio que realiza. Durante el mecanismo de compresión tibial, la tibia sufre una compresión entre el fémur y el tarso debido al peso del cuerpo y a la contracción del músculo gastronemio. La tibia permanece en su posición normal gracias al LCA, cuando éste se rompe la tibia se desplaza cranealmente con respecto al fémur. Una mala alineación del cuádriceps en casos de subluxación rotuliana puede ser también causa de rotura del LCA, ya que provoca una sobrecarga de la zona, produciendo un estiramiento de los ligamentos de la rodilla.
Los desgarros parciales durante el crecimiento debido a un ejercicio inadecuado pueden dar lugar a la rotura total del ligamento. Independientemente de la causa, la rotura del LCA conlleva alteración en la rodilla, inflamación de la cápsula sinovial, degeneración del cartílago articular, producción de osteofitos y daño en los meniscos. Todo ello se puede prevenir mediante una cirugía precoz y un postoperatorio adecuado.

ETIOLOGÍA. Según su etiología y patogenia podemos distinguir cuatro grupos; los dos primeros tienen origen traumático y los otros dos, origen degenerativo:
1.      Traumatismo directo (4% de casos): la acción de un agente contundente tras la in- movilización de la extremidad; p.e. salto de un muro donde el animal se golpea sobre la cresta tibial y la inercia del propio salto provoca hiperextensión de la rodilla y rotura del LCA.
2.      Traumatismo funcional (19%): después de un ejercicio violento, en animales jóvenes y vigorosos. Se produce por:
·        rotación brusca de la rodilla en flexión (giro brusco) ó
·        hiperextensión del miembro cuando su extremo distal esta fijo en un punto (p.e. en un agujero); es frecuente en perros de cacería. Generalmente en ambos casos, al realizar la anamnesis descubrimos, que el inicio de la cojera fue de manera brusca y normalmente el dueño tiene identificado el momento del traumatismo.
3.      Debilitación de estructuras articulares (44%): aparece después de un traumatismo menor sobre estructuras debilitadas por:
·        traumatismos repetidos,
·        enfermedad sistémica (p.e. leishmaniosis),
·        edad: envejecimiento de estructuras ligamentosas,
·        modificaciones de estructuras articulares,
o       luxación de rótula (Caniche, Bretón),
o       lesiones previas del menisco medial,
o       posición anormal de la extremidad (excesivamente recta) en algunas razas que provoca tensión excesiva sobre el LCA, p.e., Chow-Chow.
o      debilitación de estructuras ligamentosas por artrosis, y excesiva inclinación de la meseta tibial (p.e., en algunas razas enanas).
4.      Degeneración de estructuras articulares "por falta de uso" (33% de casos): la rotura se produce durante un movimiento normal (marcha) en perros ancianos, sedentarios y normalmente obesos. La hipótesis es que durante la marcha, la tensión de los músculos gastronemios produce una compresión de la tibia y una proyección craneal de la misma; el principal elemento antagonista de este mecanismo es el LCA ayudado del resto de estructuras articulares y musculares. En perros ancianos, obesos y sedentarios la laxitud y atrofia de estas estructuras hace que toda la tensión recaiga sobre el LCA que también es más débil de lo normal, por lo que llega a romperse. En estos dos últimos casos es fácil que el dueño no haya identificado la causa del inicio de la cojera, porque se produce en animales que muchas veces no han salido de casa.

EXAMEN FÍSICO. Lo más importante es la exploración física del animal, observar cómo se mueve, anda, se sienta y se incorpora. La conformación y la postura de las estructuras anatómicas de las extremidades pueden influir en clasificar a un perro como candidato a padecer la rotura del LCA. La palpación debe ser bilateral y simultánea para poder detectar atrofias musculares, signos de dolor, inflamación y otras anormalidades. En un perro que tenga una rotura de LCA podemos observar atrofia del cuádriceps, cápsula articular engrosada medialmente y desplazamiento craneal de la cresta tibial. En decúbito lateral, podremos reconocer el grosor fibrótico de la cápsula articular e incluso detectar la presencia de sinovitis, frecuente en inflamaciones agudas. Clínicamente en la exploración visual podemos encontrar tres tipos de cojeras:
·        Cojera en frío que al caminar desaparece tras unos minutos de ejercicio y que puede significar una rotura parcial o pequeño desgarro del ligamento.
·        Cojera en frío que no desaparece tras el ejercicio aunque apoya ligeramente la extremidad en todos los movimientos. Se presenta en la rotura total del ligamento.
·        Cojera permanente y no apoyo de la extremidad, signo de rotura total del ligamento y grave lesión del menisco interno.

DIAGNÓSTICO. El diagnóstico de la rotura del LCA se realiza mediante diversas técnicas:
·        Prueba de sentado: los animales sanos se sientan flexionando la rodilla y los tarsos, de manera que la tuberosidad isquiática casi contacta con el tarso; los animales afectados se sientan sobre un lado de la cadera, dejando la extremidad afectada extendida para evitar flexionar la rodilla. No es una prueba patognomónica, sólo nos indica que el animal tiene algún tipo de dolor en la rodilla, en el tarso o incluso en la cadera.
·        Movimiento del cajón: ésta debe realizarse bajo anestesia, agarrando la rodilla en ligera flexión. Con una mano se agarra el fémur, se coloca el índice sobre la rótula y el pulgar sobre el sesamoideo lateral. Con la otra mano se agarra la tibia colocando el pulgar sobre la cabeza del peroné. La mano del fémur se deja fija y la otra mano intenta desplazar la tibia craneal y caudalmente en relación al fémur. El movimiento se considera positivo cuando la tibia se desplaza cranealmente.
·        Compresión tibial: cuando el ligamento está roto la contracción del gastronemio inicia el movimiento de compresión, la tibia avanza cranealmente en relación con el fémur.


No debemos olvidar el resto de pruebas complementarias como son la radiología, en posiciones latero-lateral y cráneo-caudal para poder excluir otras lesiones del hueso o anormalidades de los tejido adyacentes, la artroscopia lamentablemente sólo practicable en perros de tamaño medio-grande, la artrotomía en caso de carecer de otros medios o cuando existe alguna duda y la tomografía axial computerizada o la resonancia magnética, técnicas de última generación cuyo diagnóstico es definitivo y certero.

TPLO (OSTEOTOMÍA NIVELADORA DE LA MESETA TIBIAL). A diferencia de las técnicas tradicionales, estos métodos no buscan el reemplazo del LCA, sino imitar su principal función, es decir, impedir el DAT (desplazamiento anterior de la tibia). El hecho de que la meseta tibial no es perpendicular al eje funcional de la tibia tiene una implicación importante, la fuerza que se transmite entre el fémur y la tibia genera en la tibia una componente de fuerza en la dirección del platillo tibial (caudo-craneal) que debe ser contrarrestada por la acción del ligamento cruzado anterior. Esta fuerza fue descrita por Slocum en 1982, quien la denominó empuje tibial craneal. El objetivo de la técnica es neutralizar los efectos debilitantes del empuje tibial mediante la nivelación de la meseta tibial. En las siguientes imágenes se puede comprender el principio físico de esta técnica quirúrgica:
·        Consideremos un vagón parado en la cumbre de una montaña.  
·        El peso del vagón (C) con presión axial tira hacia abajo por la gravedad y crea una fuerza (D) por la inclinación de la meseta tibial. Si una cuerda (F o LCA) se ata desde el vagón a una columna y se coloca un freno (E o menisco) detrás de la rueda (cóndilo), entonces se evita que ruede el vagón hacia abajo por la ladera de la montaña (traslación tibial craneal).

·        Si la cuerda se rompe (F o LCA) el vagón rodará hacia abajo y aplastará el freno (E o menisco). La fuerza D se puede eliminar al aparcar el vagón sobre una superficie nivelada y la cuerda (F o LCA) y el freno (E o menisco) no serán necesarios.

Medición de la meseta tibial. En primer lugar, el eje funcional de la tibia está definido por una línea entre el centro de la eminencia intercondílea del plato tibial (A) y el centro de la tróclea del talus (B), la cual define la dirección de la fuerza de compresión en la tibia. En segundo lugar, la dirección del platillo tibial está definida por una línea que une un pequeño saliente en la meseta tibial en dirección craneal (C) y el punto de inserción del ligamento cruzado posterior en dirección caudal (D). Por último, el ángulo de la meseta tibial se define como el ángulo formado entre el platillo tibial y una línea perpendicular al eje funcional de la tibia.
          


Técnica quirúrgica. La teoría es que el empuje anterior de la tibia está relacionado con la inclinación de la meseta tibial y la fuerza de compresión generada durante el soporte de peso, que sería paralelo al eje longitudinal de la tibia. Si el ángulo de inclinación de la meseta tibial (AMT) se modifica entre 0° y 5°, desaparece el empuje tibial y el LCA perdería su función principal. Las técnicas de estabilización biomecánica de la rodilla intentan la estabilización dinámica de la articulación (durante el apoyo); por tanto si se realiza la prueba de cajón después de la cirugía ésta será positiva, en cambio la prueba de compresión tibial será negativa o menos marcada. Fuera de la fase de apoyo de la extremidad, la rodilla permanece inestable por lo que pueden aparecer lesiones del menisco medial. Se ha propuesto la liberación del cuerno posterior a través de una sección radial completa del menisco, que actuaría protegiendo este sector del aplastamiento generado por el cóndilo femoral. No obstante, no hay un consenso sobre las ventajas de este procedimiento, y realizarlo o no queda bajo el criterio del cirujano.

Base teórica de la TPLO. Flecha verde: eje longitudinal de la tibia; flecha blanca: fuerza de reacción resultante del soporte de peso; flecha violeta: fuerza de compresión articular; flecha roja: inclinación del plato tibial; línea negra: perpendicular al eje axial de la tibia para determinar el AMT.
A: la fuerza resultante (azul) entre las fuerzas de soporte de peso y la de compresión articular es la que genera el DAT, la cual es paralela a la inclinación del plato tibial y es contrarrestada por el ligamento cruzado anterior.
B: realizada la TPLO y llevado el AMT entre 0° y 5°, las fuerzas de soporte de peso y de compresión articular se vuelven paralelas y desaparece la resultante (azul punteada) del DAT, por lo que el ligamento cruzado anterior pierde su principal función.

Por lo tanto, una vez calculado el ángulo de la meseta tibial se realiza una osteotomía en cuña para llevar el citado ángulo a 4-5 grados, se practica el primer corte distal al ligamento colateral medial y paralela a la línea 1; el segundo corte se realiza con el ángulo que previamente hemos calculado y se hace converger con la primera unos milímetros antes de la cortical caudal para facilitar la reducción. Finalmente, se estabiliza con placas (placa en T, 2 placas DCP, placa DCP + banda de tensión, placa bandera, placa cobra).

CASO CLÍNICO
Reseña:
·        Nombre: Lolo
·        Especie: Canino
·        Raza: Labrador Retriever
·        Nacimiento: 15/01/05
·        Capa: Amarilla
·        Sexo: Macho
·        Peso: 39 Kg.
Anamnesis. Lleva dos meses y medio cojeando, sobre todo cuando realiza un ejercicio intenso. Estuvo tomando AINES y condroprotectores pero no mejoraba. Los dueños no saben si se dio un golpe o hizo un movimiento brusco.
Exploración. En la exploración ortopédica se observa cojera de la EPD con pérdida de masa muscular e hinchazón a nivel de la rodilla de dicha extremidad. Existe dolor a la extensión de la rodilla.
Diagnóstico. Para un diagnóstico definitivo, lo sedamos para producir el movimiento de cajón y compresión tibial, ambos positivos, y radiografías. Observamos desplazamiento craneal de la cresta tibial.


   
Cirugía.

Figura 1: Abordaje quirúrgico

Figura 2: Osteotomía

  

Figura 3: Colocación de la placa

Figura 4: Fijación con los tornillos

Post-cirugía.

           
Figura 5: Placas, después de la cirugía.


Conclusiones. La TPLO es una técnica para el tratamiento de lesiones del LCA en caninos, por medio de la cual se neutraliza la fuerza de empuje tibial craneal. El objetivo no es reparar la integridad del ligamento, sino devolver la funcionalidad al miembro posterior mediante modificaciones en la geometría de la articulación. El éxito de la cirugía depende en igual medida de la experiencia del cirujano y del cuidado post-operatorio por parte del propietario. El dominio de la técnica y el conocimiento fisiológico, anatómico y biomecánico del paciente por parte del cirujano son requisitos para una aplicación exitosa del procedimiento. El propietario, por su parte, tiene en sus manos la tarea de cumplir cada una de las recomendaciones relacionadas para la recuperación y rehabilitación del paciente y conseguir así un mayor éxito en la cirugía.